Serie Colaboraciones Mike Oldfield
Pensaba hacer yo la reseña, pero al encontrar esto, no puedo evitar el usarlo. Gracias Iván Ávila
http://www.elboyaldia.cl/noticia/cultura/los-discos-que-no-te-atreves-escuchar-david-bedford-star-clusters-nebulae-places-dev
¿Qué podemos decir de David Bedford?
En primer lugar y para hacerse una idea de por dónde van sus intereses musicales, les cuento que desde los años 70 ha sido compositor con largas residencias de varios “colleges” británicos y que entre sus amigotes y colaboradores se cuentan a Kevin Ayers, Mike Oldfield, Roy Harper y Lol Coxhill…
Segundo: Ha colaborado con una incontable cantidad de músicos, bandas y orquestas de los más diversos estilos y géneros a lo largo de su carrera, por ejemplo A-ha, Billy Bragg, Camel, Elvis Costello, Frankie Goes to Hollywood, Madness, Andy Summers, Alan White (baterista de Yes), y Robert Wyatt. y es, por antonomasia, uno de los pioneros del actual movimiento avant garde, con el que comenzó un largo romance a inicios de los 70…
Tercero: Bedford es un maestro al momento de generar éxtasis armónicos en vez de acumular timbres y texturas. Su trabajo de décadas con niños (incluso menores con discapacidad auditiva) lo ha llevado a construir partituras en las que ha reemplazado la notación musical por gráficos.
Cuarto: Es un amante de la ciencia ficción, lo que ha dotado a su obra de un sello muy particular.
Si bien, la época de mayor producción musical publicada a nombre propio para Bedford fue entre los 70 y comienzos de los 80, sus contribuciones en la educación y la música clásica contemporánea han formado parte fundamental de sus últimos 30 años, con una nada despreciable cantidad de participaciones junto a orquestas sinfónicas de Inglaterra.
El álbum que nos ocupa hoy, es el sexto de su discografía como solista y en él, se acumula una serie de géneros que van desde lo más granado del clasicismo, pasando por el lado más sobrio del avant garde, el sinfonismo, la música coral, el minimalismo y el mismísimo y nunca bien ponderado rock. A estas alturas quizás sobre mencionar el que puede parecer un título pomposo, pero que calza perfectamente con los intereses de Bedford por la ciencia ficción.
“Estrellas, Nebulosas y Lugares en Devon” no hace sino mayor gala de otros títulos anteriores y posteriores del músico, incluyendo esa monumental obra llamada Rygel 9, basada en un cuento de Ursula K. LeGuin. Pero eso es harina de otro costal. En la cara A de este disco (qué antiguo se ve eso!), encontramos una monumental pieza de poco más de 25 minutos que, en base a voces y bronces, nos introduce en una serie de secciones superpuestas que van conformando una portentosa sinfonía de volátiles atmósferas que no dejan de recordar las bandas sonoras de 2001 y Close Encounters of the Third Kind, y si bien Bedford puede haber cogido algo de Richard Strauss y su inmortal Also Sprach Zarathustra, debemos recordar que la música de este disco fue compuesta a comienzos de los 70, por lo que me atrevo a suponer que John Williams algo debió tomar del talento de Bedford para la banda sonora de la película de Spielberg…
En fin, el asunto es que la primera parte de este disco, es un verdadero aunque complejo viaje dotado de contundentes secuencias sonoras que navegan entre improvisaciones, música de cámara, algo de barroco, avant garde y minimalismo, elementos que se mantienen en la segunda parte del álbum, titulada The Song of the White Horse, una pieza nuevamente intrincada, pero en donde las secciones que lucen improvisadas casi desaparecen para dar paso a segmentos sinfónicos, los que incluyen algunas breves apariciones de teclados en manos de otro “don” de la música llamado Mike Ratledge (Soft Machine) en una pieza brillante, llena de sonidos y arrolladoras secciones vocales que nos invitan a conocer las influencias de los grandes autores clásicos del siglo XX a los que Bedford debe ser tan aficionado y en donde incluso, podemos percibir cierto homenajeo para nada gratuito, a Los Planetas de Holst, mientras las armonías se unen en un crescendo que lleva a un final diáfano y devastador. En suma, un dis-ca-zo que deben escuchar antes de morir so pena de perderse una de las obras más arriesgadas, hermosas y refulgentes de las postrimerías del siglo pasado. Para poder llegar a las notas mas altas en lo vocal, la solista, la conocida soprano, Diane Coulson, inspiró gas helio utilizado en medicina, y eso que ya tenia un alto registro. En este caso, Mike Oldfield fué Productor y Ingeniero de sonido de la obra finalmente publicada, primero en vinilo, y posteriormente, en cd.
Nota: Precisamente, al recabar datos para esta reseña, me he podido enterar que, David Bedford falleció el 1 de Octubre de 2011, o sea, hace 4 meses, a los 74 años de edad, y debido a un cáncer de pulmón... Descanse en Paz, y nos queda su obra musical para disfrutarla.
http://www.elboyaldia.cl/noticia/cultura/los-discos-que-no-te-atreves-escuchar-david-bedford-star-clusters-nebulae-places-dev
¿Qué podemos decir de David Bedford?
En primer lugar y para hacerse una idea de por dónde van sus intereses musicales, les cuento que desde los años 70 ha sido compositor con largas residencias de varios “colleges” británicos y que entre sus amigotes y colaboradores se cuentan a Kevin Ayers, Mike Oldfield, Roy Harper y Lol Coxhill…
Segundo: Ha colaborado con una incontable cantidad de músicos, bandas y orquestas de los más diversos estilos y géneros a lo largo de su carrera, por ejemplo A-ha, Billy Bragg, Camel, Elvis Costello, Frankie Goes to Hollywood, Madness, Andy Summers, Alan White (baterista de Yes), y Robert Wyatt. y es, por antonomasia, uno de los pioneros del actual movimiento avant garde, con el que comenzó un largo romance a inicios de los 70…
Tercero: Bedford es un maestro al momento de generar éxtasis armónicos en vez de acumular timbres y texturas. Su trabajo de décadas con niños (incluso menores con discapacidad auditiva) lo ha llevado a construir partituras en las que ha reemplazado la notación musical por gráficos.
Cuarto: Es un amante de la ciencia ficción, lo que ha dotado a su obra de un sello muy particular.
Si bien, la época de mayor producción musical publicada a nombre propio para Bedford fue entre los 70 y comienzos de los 80, sus contribuciones en la educación y la música clásica contemporánea han formado parte fundamental de sus últimos 30 años, con una nada despreciable cantidad de participaciones junto a orquestas sinfónicas de Inglaterra.
El álbum que nos ocupa hoy, es el sexto de su discografía como solista y en él, se acumula una serie de géneros que van desde lo más granado del clasicismo, pasando por el lado más sobrio del avant garde, el sinfonismo, la música coral, el minimalismo y el mismísimo y nunca bien ponderado rock. A estas alturas quizás sobre mencionar el que puede parecer un título pomposo, pero que calza perfectamente con los intereses de Bedford por la ciencia ficción.
“Estrellas, Nebulosas y Lugares en Devon” no hace sino mayor gala de otros títulos anteriores y posteriores del músico, incluyendo esa monumental obra llamada Rygel 9, basada en un cuento de Ursula K. LeGuin. Pero eso es harina de otro costal. En la cara A de este disco (qué antiguo se ve eso!), encontramos una monumental pieza de poco más de 25 minutos que, en base a voces y bronces, nos introduce en una serie de secciones superpuestas que van conformando una portentosa sinfonía de volátiles atmósferas que no dejan de recordar las bandas sonoras de 2001 y Close Encounters of the Third Kind, y si bien Bedford puede haber cogido algo de Richard Strauss y su inmortal Also Sprach Zarathustra, debemos recordar que la música de este disco fue compuesta a comienzos de los 70, por lo que me atrevo a suponer que John Williams algo debió tomar del talento de Bedford para la banda sonora de la película de Spielberg…
En fin, el asunto es que la primera parte de este disco, es un verdadero aunque complejo viaje dotado de contundentes secuencias sonoras que navegan entre improvisaciones, música de cámara, algo de barroco, avant garde y minimalismo, elementos que se mantienen en la segunda parte del álbum, titulada The Song of the White Horse, una pieza nuevamente intrincada, pero en donde las secciones que lucen improvisadas casi desaparecen para dar paso a segmentos sinfónicos, los que incluyen algunas breves apariciones de teclados en manos de otro “don” de la música llamado Mike Ratledge (Soft Machine) en una pieza brillante, llena de sonidos y arrolladoras secciones vocales que nos invitan a conocer las influencias de los grandes autores clásicos del siglo XX a los que Bedford debe ser tan aficionado y en donde incluso, podemos percibir cierto homenajeo para nada gratuito, a Los Planetas de Holst, mientras las armonías se unen en un crescendo que lleva a un final diáfano y devastador. En suma, un dis-ca-zo que deben escuchar antes de morir so pena de perderse una de las obras más arriesgadas, hermosas y refulgentes de las postrimerías del siglo pasado. Para poder llegar a las notas mas altas en lo vocal, la solista, la conocida soprano, Diane Coulson, inspiró gas helio utilizado en medicina, y eso que ya tenia un alto registro. En este caso, Mike Oldfield fué Productor y Ingeniero de sonido de la obra finalmente publicada, primero en vinilo, y posteriormente, en cd.
Nota: Precisamente, al recabar datos para esta reseña, me he podido enterar que, David Bedford falleció el 1 de Octubre de 2011, o sea, hace 4 meses, a los 74 años de edad, y debido a un cáncer de pulmón... Descanse en Paz, y nos queda su obra musical para disfrutarla.
CD en mp3 (320 Kbps) y FLAC
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6 comentarios:
hmm,We can find music composed by David Bedford rather on albums with classical music, than on the records with rock music.
"I especially like David Bedford and I respected him because of his classical work. Sitting in the same room as someone who could write symphonies and had stuff performed at promenade concerts and things, that was great. And he was the only one of the group who liked my demos for Tubular Bells, and he encouraged me. I'm forever grateful for that."
(Mike Oldfield in the ‘Classic Rock' interview in 1999)
well, followed that Mike liked to Bedford, but had never read anything where he claimed. thanks, adamus67
Hi Miguel,
Ech,no big deal, pleasure is on my side
Once it is in the end is a window - comments... to share our knowledge and info, and not only thank although " thanks" Your blog-post is not too good, (turnout).... oh yep looks moreover, every blog infected leeches .... fuck!
I cordially greet You and Your family
Adam.
David Bedford, precocious gifted, he began composing at the age of seven and attended Lancing College, the West Sussex public school. He later studied under Lennox Berkeley at the Royal Academy of Music, and in 1961 was awarded a grant to travel to Venice where he was taught by the Modernist composer Luigi Nono.
In 1968, he scored a show called From Marie Antoinette to the Beatles at the Roundhouse in London. This brought him to the attention of Ayers, a former member of Soft Machine in need of an arranger for his 1969 solo debut, Joy of a Toy. Bedford became Ayers' right-hand man, not only arranging but also playing keyboards on his first album and assembling The Whole World, the band featuring Coxhill and Oldfield who backed the whimsical singer on Shooting at the Moon (1970) and Whatevershebringswesing (1971).
Bedford was a pioneer at the interface of classical and rock. In 1970, the Whole World and the London Sinfonietta teamed up for The Garden of Love, a piece inspired by William Blake, at London's Queen Elizabeth Hall, but it was Oldfield who found the way forward with Tubular Bells in 1973. Acknowledging the mentoring role Bedford played, Oldfield says: "His support for my music in the early 1970s, before Tubular Bells was successful, gave me the will to carry on making instrumental music, even when my work was rejected by all record companies."
Bedford arranged The Orchestral Tubular Bells performances and live recording, as well as Hergest Ridge, Oldfield's next studio effort. Their association continued through several more albums and Oldfield's soundtrack for Roland Joffé's The Killing Fields (1984). He was choral co-ordinator for Joffé's next project, The Mission (1986).
In the mid-1970s, Bedford also signed to Virgin and made several epic albums that reflected his interests in science fiction, astrology and ancient history, including Star's End, The Rime of the Ancient Mariner (narrated by Robert Powell), The Odyssey and the wonderful Instructions for Angels inspired by the poems of Kenneth Patchen. These often featured guest appearances by Oldfield, who bankrolled the 1983 recording and release of the ambitious Star Clusters, Nebulae & Places in Devon, written for brass and choir in 1971
Bedford provided striking orchestral arrangements for two of Roy Harper's seminal albums, Stormcock (1971) and Valentine (1974), as well as Music Inspired by the Snow Goose (1975), the hit album by Camel. The Song of the White Horse was commissioned by the BBC in 1977 for an Omnibus film about the Ridgeway footpath which leads to the White Horse of Uffington.
The only musician to have featured on both the BBC Proms and The Old Grey Whistle Test, he never rested on his laurels. "There are lots of composers whose styles have changed very minimally over 20 or 30 years, but I've changed quite a lot," he said.
Certainly The British composer and arranger David Bedford was impossible to pigeonhole.
Hello, Adamus .... good and extensive commentary ..... As you write in the end, Bedford has a good piece of music, most of those records that are shared name them here, but seguramante without links, Megaupload closing. David has worked in very good records of other people, memorable albums, but his records are not easy to hear or understand, and as explain ... his music and his albums are unclassifiable ... regards
pass: katetoskopio/davidbedford
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