Auto-apodados los anti-Beatles
Al principio eran cuatro y se hacían llamar "The Five Torquays" .Sacaron únicamente un single que fue un fracaso, luego se afeitarían la cabeza a lo fraile y se calzaron sus sotanas negras y una sogilla al cuello. Ya eran pues "The Monks" una banda que decidió luchar contra el flowerpower y la psicodelia que llegaba de USA y crear su propio estilo irreverente y contestatario. Lamentablemente no tuvieron éxito con este disco, tendrían que esperar hasta mediados de los 90, para que se les reconociera que eran únicos.
Un buen disco que sorprenderá a muchos.
Track List
1. Monk Time |
2. Shut Up |
3. Boys Are Boys and Girls Are Choice |
4. Higgle-Dy-Piggle-Dy |
5. I Hate You |
6. Oh, How to Do Now |
7. Complication |
8. We Do Wie Du |
9. Drunken Maria |
10. Love Came Tumblin' Down |
11. Blast Off! |
12. That's My Girl |
13. I Can't Get Over You [*] |
14. Cuckoo [*] |
15. Love Can Tame the Wild [*] |
16. He Went Down to the Sea [*] |
Band
Gary Burger ------------- Guitarra y voz
Larry Clark ------------- Organo
Dave Day ---------------- Banjo
Eddy Shaw -------------- Bajo
Roger Johnston -------- Batería
Texto extraido de www.progresiva70s.com
La historia de los Monks es fascinante. Cinco GIs norteamericanos perdidos en una Alemania de la guerra fría tan irreal que parece salida de un film de Carol Reed. Su tiempo les fue esquivo. El nuestro los ha tratado con cierta cortesía. La década inquieta que albergó sus desventuras los redujo al olvido. Como si hubiesen llegado demasiado tarde para subirse al tren de la época. Tuvieron que pasar treinta años para que el mundo, con el privilegio de la mirada retrospectiva, descubriera la ecuación inversa: habían llegado demasiado pronto.
El libro que nos ocupa fue instrumental en ese descubrimiento. Eddie Shaw fue el bajista de la banda. Casi tres décadas después, junto a su esposa alemana Anita (que aquí aparece ficcionalizada como Angelika) emprendió la tarea de contar la historia. Una manera de ajustar cuentas con el pasado. Pero también, un modo de reconciliarse con un país, el suyo, que había cambiado hasta lo irreconocible durante su larga ausencia.
El entorno es el de la invasión y desembarco del beat británico en tierras germanas. La prehistoria del rock antes de que accediera a esa mayoría de edad que los Beatles supieron otorgarle. Desfilan por el texto los cortos días y las noches interminables en la vida de un músico atrapado por el negocio del beat. Los clubes repletos, las peleas entre soldados, los alojamiento insalubres, el trabajo a destajo, tocando entre seis y diez horas por día seis veces por semana, el amor frágil y efímero de las groupies y la sorpresa ingenua de los teenagers. Y por supuesto, el mito de Hamburgo, con sus noches de juego y prostitución a lo largo del Reeperbahn, en un barrio de St. Pauli desbordante de clubes de striptease y bandas de rock, cuya música frenética constituyó el soundtrack adecuado a su población de marineros, soldados, borrachos y losers en general. Una zona liberada en el medio de la Alemania ocupada.
Los Monks surgieron del encuentro entre cuatro miembros del ejército, instalados en una base militar americana en Gelnhausen, cerca de la frontera con el Este. Dado que los comunistas, contra la opinión del Estado Mayor, se resistían a invadir el Oeste, violar mujeres y contaminar la Alemania consumista de Adenauer con peligrosas ideologías colectivistas, nada mejor que un grupo de rock para matar el tiempo hasta que las hordas de Stalin se decidieran. Gary Burger en guitarra y voz, Dave Day en banjo eléctrico, Larry Clark en teclados, Eddie y un baterista alemán conocido simplemente como Hans sembraron la semilla de lo que sería el grupo bajo el nombre de The Torquays. La batería cambiaría de manos hasta llegar a las definitivas de Roger Johnston.
En una decisión plagada de consecuencias, acordaron establecerse en el país teutón cuando el ejército prescindió de sus servicios, convencidos de que allí hallarían fama y dinero. Cuando son adoptados por dos managers alemanes –Wolfgang y Karl- inicia su conversión en The Monks. Sotanas negras, una pequeña soga al cuello anudada a modo de corbata y la cabeza afeitada en el centro, a la manera de la tonsura de unos monjes auténticos, constituyeron su nueva y radical imagen.
Que fueran una banda diferente entre la indistinción de un beat cosmopolita pero de inéquivoca ascendencia inglesa no se debió meramente a esta clase de excentricidades. Su sonido era algo único. Crudo, sucio, con una guitarra aullante de feedbak en un tiempo en que semejante artilugio era casi desconocido. Un bajo monocorde, un banjo usado como instrumento meramente rítmico y el monótono golpear de la batería, sobre la que se construía la música del grupo. Los teclados, en manos de un fanático de Booker T. and the MGs, aportaban dosis convulsivas de una melodía siempre huidiza. Sus managers estaban convencidos de que eran los anti-Beatles, convicción que se contagió al grupo. Se especializaban en lo que dieron en llamar Uberbeat u Overbeat, según la lengua: un rock en estado primal, la voluntad de reconstruir la civilización desde cero. Algo que engarzaba a la perfección con el entorno de una nación alemana divida, aún incierta de su futuro e incapaz de cerrar las heridas del pasado. Pero que los condenaría al fracaso ante la lisérgica evolución de los acontecimientos y la incomprensión absoluta de su país originario, poco interesado en escuchar canciones que contenían sintéticas diatribas contra una guerra, la de Vietnam, que amenazaba con devorarse a sus hijos más dilectos.
La desilusión ante la negativa de Polydor a editar su único disco (Black Monk Time, 1966) en EEUU y la disparatada idea de emprender una gira por el sudeste asiático que incluyera Vietnam sellaron la suerte del grupo. Su baterista abandonó el barco unos días antes de partir hacia la guerra y regresó a los States.
Hay en el libro anécdotas extraordinarias, narradas con una soltura admirable. La cena a la que los invitan unos intelectuales germanos, ansiosos de desentrañar el sentido de sus letras y convertirlos en abanderados de la protesta contra la guerra es una de las más memorables, por los equívocos que se generan en el intento de comunicar esos dos mundos tan diferentes. La vida que lleva Dave, refugiado en el bosque germano y viviendo de limosnas después de la separación del grupo es conmovedora. El descubrimiento casual del feedback el día que Gary olvida desenchufar su guitarra colmará las ansias de los interesados en cuestiones sonoras. Y el encuentro con Jimi Hendrix marcará la dolorosa conciencia de que la estrella ascendente del guitarrista es directamente proporcional a la decadencia de los Monks. Una ráfaga de viento fresco que arrastrará toda una época -la del beat- para dar lugar a otra -la psicodelia-.
Resta el asunto de su influencia. Julian Cope los considera el eslabón perdido de la escena del kraut rock que surgiría un par de años más tarde. Joachim Irmler, miembro fundador de Faust, los ve por televisión en una fugaz aparición en el programa Beat Club cuando todavía es un adolescente. La reducción del rock and roll a sus mecanismos más ínfimos influirá en Can, Neu! y otras bandas de la época, que aprenderán a tocar un conjunto escaso de notas en el contexto de un beat repetitivo.
Ironías del destino, mientras el grupo creía desarrollar una tradición americana que por entonces ya estaba agotada, sentaba las bases para un sonido que dominaría el rock alemán de la primera mitad de los ´70. Su inadaptación fue su sello. Americanos en Alemania en el contexto del naciente Merseybeat. Rockeros en el ejército. GIs opuestos a la guerra. Protopunks en la alborada de la psicodelia. Su fracaso era previsible. Por fortuna, a veces, la historia decide reacomodar sus piezas y concede una segunda oportunidad. Los Monks se reunirían triunfales al promediar los '90, una década hecha en partes iguales de inútil nostalgia e interés por el pasado.
A.M
Nota de la F.: La edición original la componen 12 temas. No tenemos esta edición. El CD enviado por A.M. es la edición 1994 con 4 bonus. Añadimos edición 1996 (los 4 bonus previos y 3 más, 2 demos y 1 live) y edición 2009 (con los mismos 4 bonus, el mismo live y otro bonus nuevo)
CD (94) en mp3 (320 Kbps), CD (96 en mp3 (320 Kbps) y CD (09) en FLAC
LOOK FOR: MONJES, MONJES96 y MONJES09F1-2
13 comentarios:
I've added you to the Rock - 60/70's Category on the Digital Meltd0wn Blogroll as you requested. It's not necessary, but if you could provide a link back to the blogroll I would greatly appreciate it. Keep up the great work.
btw Black Monk Time is a great album. I also posted it on my regular blog some time back, and I highly recommend it to anyone who hasn't heard it before.
Hi Zer0!
Congratulations, your blog is very good.
Thank you for adding lasgalletas your blogroll.
At this time lasgalletas are in the process of changes, in a few days we will include links to some sites.
You are welcome.
A.M
A.M.,
With your permision, and to our nonspanish friends visitors, I will add the best rewiew in english ever written of the Monk's Holy Grail "Black Monk Time".
By Scott "Sid" Somers :
"The First Time Is
Always Special
(Especially When The First Time Is Monk Time!)
"Was it fun for you?"
OH MARIA!!! WAS IT EVER!!!
As a frequent visitor to the "Rock & Roll Hall Of Fame Inductees Forum", a message board where any and all types of rock music are discussed, fought over, and generally hyped, I tend to dismiss those fans who continually rant "I think this band is great!" or "that group was the best ever!", as examples of their own personal taste. As a lifelong fan of rock & roll I've either heard the music of those artists and long ago made up my mind whether such claims are worthwhile, or, if I haven't actually heard them at least I know of their existence and to which branch of the tree of rock & roll those artists belong, along with a basic understanding of their importance in the scheme of things.
So my interest was aroused by several recent forum posts regarding The Monks, their 1966 album "Black Monk Time", and the recent reunion of the band in New York City after 32 years apart. The Monks? Who were The Monks? Here was a band I had never heard anything about before. Zip! Zilch! Nada! Nil! I made a mental note to check this group out sometime in the future.
As luck would have it, while browsing my local cd store the following weekend, I found a copy of "Black Monk Time". The original album cover was a simple and stark design, completely black and displaying only the band's name and album title. On first impression it instantly reminded me of "The Beatles", the 1968 release better known as "The White Album".
I should mention here that The Beatles are my favorite band and I consider myself quite obsessed with them, having read numerous books about their history and making my own pilgrimage to Liverpool and London to see the sites for myself. Many of these books make the claim that The Beatles were the first to release an album with a completely blank cover, and while technically true, I can't help but wonder if this idea was not first used on The Monks "Black Monk Time", preceeding The Beatles by two years!
The back cover had a series of b&w pictures of the band in various shots, some of them playing their instruments, some of the group just fooling around, but one in particular caught my eye. "WHAT IS WRONG WITH THAT GUY'S HEAD? Why has he got a huge patch on the top of his head shaved clean? What's that all about?!!".
Curiosity got the better of me.
I bought it.
I played it.
"IT'S MONK TIME!" "IT'S MONK TIME!" "IT'S MONK TIME!"
I have not been the same since!
I have been changed!
Not since The Sex Pistols 1977 "Never Mind The Bollocks..." has an album so utterly shaken my view of what rock & roll was, and is, all about!!!! I could not believe what I was hearing. Was this really 1966? Impossible! This music was ten years, at the least, ahead of its time. This album sounds like something that could have been released in the late '70s or early '80s. Hell!!! This album sounds like something that could have been released today!!! Here was rock & roll like I'd never heard it before. It was scary! It was wacky! It sounded so fresh, so vital, and so full of energy. And my God, what energy! Energy at times angry, sometimes bordering on rage, but most of all this music screamed FUN!!
A big smile crossed my face, the kind of smile you get
when you discover a new pleasure that you've never experienced before. Here was a long lost gem buried in that mountain of Rock. Here was a forgotten treasure. The Monks "Black Monk Time" may be THE BIGGEST SECRET IN THE HISTORY OF ROCK & ROLL!!! But the word is now out, and spreading quickly! (Hey, if a Cheesehead from the Frozen Tundra of Green Bay, Wisconsin found The Monks it won't be long until the rest of the world does too!)
Opening the cd gave me another surprise. There, staring back at me, was the group photo of The Monks, all dressed in black, with white rope ties around their necks, and EACH ONE WITH A BALD PATCH SHAVED OFF THE TOP OF HIS HEAD!!! WHOA! I would later discover that such a haircut is called a "tonsure", usually done as a sign of entrance into a monastic state. Well, that fit. Here was a group image that went far beyond The Beatles moptops, or anybody else that I can recall from 1966. A radical group "look" that was unequaled thematically until perhaps the 1974 debut of KISS. Again, The Monks were ahead of their time.
But what really matters is the music.
AND HERE THEY ARE, THE ANTI-BEATLES!!!
I find it interesting that both The Beatles and The Monks honed their musical skills at some of the same notorious nightclubs of Hamburg's Reeperbahn red-light district. I have often wondered what The Beatles music would have sounded like had they not surrendered to becoming suit-and-tie wearing MopTops, and instead kept to their Hamburg beat group roots as a pill-popping, hard-drinking, band of black-leather-clad teddy boys. Listening to The Monks "Black Monk Time" gave me a small peek at what I've always imagined that "beat music" might have been like. But any similarities end there.
Perhaps the nearest The Beatles could have come to The Monks "sound" would have been if "I'm Down" had been played like "Helter Skelter". The frantic beat and distortion on "Black Monk Time" at times reminds me of The Stooges, The Ramones, and The Sex Pistols. The sometime quirky song arrangements bring to mind The B-52's and Devo, while the ping-pong choruses are reminiscent of The Cars. And yet, nothing I have heard before sounds anything like The Monks! The Monks are unique! The Monks "sound" is proto-Punk! New Wave is definitely neo-Monks!
By 1966 The Beatles were adding more and more layers of instrumentation to their already complex recording technique. The Monks, calling themselves "anti-Beatles", took a minimalistic approach to their music, stripping away most of the melody and precision, and instead replacing it with a heavy drum beat and massively distorted rhythm. MY GOD! YOU WILL NOT BELIEVE THE DISTORTION!!!! THIS CANNOT BE 1966! Heavy distortion on the guitar and the bass. THE BASS!!! And why not add a banjo too? WHAT?!! A BANJO??!! Yep, that's
right! In their search for a more primitive and simplistic sound not only did The Monks strip down the drum sound to an incredibly raw pulsating beat, but in an effort to double that rhythm effect they added a banjo too! IT'S INSANE!! WHO WOULD EVER HAVE THOUGHT OF THAT?!! The Monks, that's who! It works BRILLIANTLY! It was GENIUS! Finally, bubbling up, over, down, and underneath this huge mass of distorted guitars, clacking banjo, and thud
ding drums is a wonderfully frenetic organ. Top it off with great sounding vocals and ,all in all, I have rarely heard anything so fantastic as The Monks "Black Monk Time"!
While The Beatles were beginning to lead the rest of us toward 1967's "Summer Of Love", expressing a utopian message in 1965's "The Word" and escapism in 1966's "Tomorrow Never Knows", The Monks set their sights firmly upon reality. No peace, love, and understanding from these guys, they were going to tell it like it really was (and still is)! The Monks lyrics reverberate with ANGER!!! These guys are pissed off!!! No further proof is needed than the album's opening song, "Monk Time", in which the band defiantly declares its stance, "....you know, we don't like The Army, what Army?, who cares what Army!, why do you kill all those kids over there in Viet Nam?, mad Viet Cong!, my brother died in Viet Nam!".
But here is the strange thing, far from alienating you, in some strange way The Monks wacky song interpretations perfectly describe what a crazy world we all live in, then and now. It's that unspoken recognition that you feel, that "you too know what they know", that this world may be insane but with the music of The Monks this world can also be FUN!
That realization will bring a smile to your face! (Either that, or you've listened to The Monks "Cuckoo" one too many times!)
Want some fun? Go out immediately and find The Monks "Black Monk Time"."
Cagoenla. Se intercionaliza.
Zero, thanks. I add your link to my favourites.
Gracias por el disco gamberro que has dejado Ana.
Bajando ese disco no lo conozco. Gracias A.M.
Yo tampoco los conozco.
Voy a ver como suenan.
Gracias , Maria de las Mercedes
Super enorme blog !! Te descubri en el de Milton.
Vas a mi links de inmediato.
Felicitaciones.
Yeah!! muy muy buen garage de mis grupos favoritos!! muchas gracias por el disco!! ^^
Genial fill someone in on and this mail helped me alot in my college assignement. Thanks you seeking your information.
Nuevo pass (refresco): galletas/antibeatles
Hola amigo;
Hace tiempo que visito este blog que me parece impresionante, y hasta el dia de ayer no consegui saber como se hacia para descargar, lo cual dice bien poco de mi capacidad intelectual,
Hoy he visto este disco que me parece de lo mas excitante y divertido de los 60,
Te mando un saludo desde el Alto Aragón y te invito a visitar mi blog:
http://tommentonenlacuadra.blogspot.com.es/
Jose
Publicar un comentario